Yo amo al Chino Félix, a Papapa y a mamá Eva

En la novela Yo amo a mi mami, quizá lo más interesante es la manera de reflejar los vicios y virtudes de la sociedad limeña a través de la voz de un niño de 11 años que está entrando con toda su curiosidad y su bagaje sociocultural a la edad de la pubertad.

“Y le enseñé mi ombligo con hueco a diferencia del suyo que era ombligo salido… ella tocó mi ombligo dijo rin,rin ¿hay alguien en casa?…y sentí un calorcillo bienhechor al sur de mi ombligo” (p31)

Parece que Jimmicito solamente nos cuenta su vida familiar con sus aventuras y frustraciones durante su adolescencia. Cada vez que abro el libro me instalo en ese pequeño paraíso bardeado del Cerro de los Cóndores para seguir los pasos de ese “principito” que se da cuenta de muchas cosas me voy dando cuenta que hay un sentido del humor muy agudo y que el autor ha elegido encarnar los vicios que han frenado la evolución de la sociedad limeña, en los personajes, (Aún no encuentro  tan claramente las virtudes, aparte de lo adorable que es la conciencia de un niño despertando al amor y del Papapa que me recuerda a tantos abuelos mexicanos).

Por ejemplo:

  1. El padre Juvenal representa la doble moral y conciencia culpígena del catolicismo heredado por aquellos españoles que vinieron a conquistarnos, con un catecismo que parece un menú de pecados; los deliciosos, los cochinos y hasta los inusitados.

    “¿Hubo introducción de la lengua? Y yo era un niño y dije no entiendo padre y el carraspeando dijo quiero decir que si besaron con lengua y yo asombrado ….me arrodillé y recé los diez padresnuestros y las veinte avesmarías pensando en una sola cosa qué rico sería besar a Annie con lengua y todo.”

  2. La mami de verdad es un ejemplo vivo de la conciencia de clase equívocada, superficial a más no poder, dando mimos en vez de educar… a él le llama principito y a la pobre de su hija Soledad a la que cría como una Emma Bovary fantaseando con su propia imagen ante el espejo. Su alcance y entendimiento es del tamaño de su pequeña y respingada nariz y nunca tiene una reflexión crítica. Ese protagonismo adolescente y sus creencias tan obtusas.

    “Yo soy un chico obediente que vive en una bonita familia cristiana en la que todos estamos estamos bautizados y dice mi mami que nos vamos ir al cielo toditos, no como las familias de las empleadas y los empleados, en las que según ella nadie está bautizado y no están casados ante Dios y por eso los pobrecitos no se van a poder ir al cielo cuando se mueran ¿Porqué pues no me llevan a Disney caray?

  3. El tío Allan que es un hippy trasnochado que no entendió nunca lo pecaminoso y peligroso que era proclamarse comunista y fumar marihuana frente a su amigote limeño que le daba chance de jugar ajedrez a pesar de ser gringo.
  4. El chino Félix que era el amor y cariño de padre que todos hemos querido tener: “El chino Félix festejaba mis audacias y picardías me hacía sentir un adulto me decía te pasas chino, eres un pendejazo, a tí no te para nadie, una bala perdida me has salido, carajo.”

 Yo me atrevería a decir que realmente es un pretexto para darnos un panorama crítico y poco alentador de la moral y los valores tergiversados de la clase alta de limeña.

Sigamos pues leyendo y decodificando a cada personaje, identifiquemos qué representan , cuál es la crítica de cada una.

Yo amo a Papapa y al Chino por su bondad y frescura, su buen humor.

 

3 thoughts on “Yo amo al Chino Félix, a Papapa y a mamá Eva

  1. Yo amo a mi mami retrata de una manera un tanto grotesca, a los personajes limeños de la clase alta, que a mí en lo personal me provocan repel. A través de los ojos de un niño mimado, pero observador y sensible, nos enteramos de los prejuicios, del racismo, de la frivolidad y de la hipocresía imperante en ese medio.
    La perspectiva de Jimmycito me resulta a veces un tanto falsa por ser demasiado perspicaz y al mismo tiempo ingenua y complaciente, falta de crítica. Sin embargo el libro tiene personajes fantasticos y te atrapa en su narrativa que es “de corrido” y cotidiana.

  2. Yo amo a mi mami retrata de una manera un tanto grotesca, a los personajes limeños de la clase alta, que a mí en lo personal me provocan repel. A través de los ojos de un niño mimado, pero observador y sensible, nos enteramos de los prejuicios, del racismo, de la frivolidad y de la hipocresía imperante en ese medio.
    La perspectiva de Jimmycito me resulta a veces un tanto falsa por ser demasiado perspicaz y al mismo tiempo ingenua y complaciente, falta de crítica. Sin embargo el libro tiene personajes fantasticos y te atrapa en su narrativa que es “de corrido” y cotidiana.
    Amo también a la mamá inicial, al chofer, al chino y desde luego a Papapa..

    1. Buen punto Ana Luz , es casi hiriente su perapicacia.No perdona la doble moral de la burguesía alta. Pero no podemos negar que es tan parecida y conocida

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