¿Qué nos pareció UMAMI?

 Aprendimos cosas nuevas.

A. Palabras.

 UMAMI obedece al quinto sabor según los japoneses empieza en el centro de la lengua , se activa la salivación y entonces entran ganas de morder, muy parecido al impulso del movimiento de caderas en el sexo.

Yo ya adopté la expresión umami sin, será  en vez de decir como un huevo sin sal ¿sabes de cuál?.

Umami es también la casa de Alfonso uno de los narradores mejor logrados. Y que se encuentra en el centro de la privada donde acontece todo en algún lugar sureño de la Ciudad de México.

 HUAUTLI el amaranto, que significa una gran mentira “flor que no se marchita”. El sagrado amaranto se sembraba por doquier en tiempos prehispánicos y conformaba el alimento base, se comían los tallos, la hoja, la semilla …”Los españoles prohibieron el amaranto porque no eran pendejos; sabían que más valía una fuente menos de energía que tener que enfrentarse con el poder de la imaginación” (p. 112)

Neologismos.

  1. Moradicomio pasillo con mujeres histéricas pintado de morado.
  2. Blanquigris como es queso azul o Dorasmo como dorado y entusiasmo, verduffy o verde fluffy, blanfil , blanco marfil, agurca o el color del agua puerca
  3.  Estoy griste.
  4. Hijitud o “solo hija”.
  5. Muñecos renacidos o reborn dolls. Lo más insólito y “queer” del relato.

B. Novela Coral.

Cuatro voces de narradores cantan y cuentan su historia “la historia de la privada Umami”  cada quién en su acorde, con sus florituras y en contrapunto con la muerte misma. Cada capítulo corresponde a un año que proyectado al pasado nos va contando como se dieron las complicidades y solidaridades con sabores distintos: Amargo, Dulce, Salado y Ácido y en medio de todos Alf en eterno Umami mordiendo la cola del eterno retorno.

Cada voz nos revela lo que los hijos “sin hijos” piensan de los padres que tienen hijos, lo que los adolescentes piensan de los padres divorciados, lo que las parejas que permanecen sin hijos piensan de haber renunciado a la paternidad , es una reflexión muy de este siglo, para comentarlo entre cualquier lector y conocer sus animadversiones.

C. El tema.

¿Pérdidas? ¿Duelo? Muerte, despedidas… la autora nos lo dice muy bien: de lo que se trata en realidad, es de desmentir el cliché internacional de que en México sabemos convivir con la muerte ( p.46).

La muerte es un escándalo porque a sabiendas que somos todos mortales nunca esperamos que se muera nuestro ser querido, y en la casa de ácido viven todavía empantanados en el río de la mierda que dejó la muerte Luz en la casa. Desde que Luz se ahogó hay algo siempre ahogándose…” (p.71).

D. Espacio narrativo

Laia Jufresa logra un espacio narrativo muy atinado pues no nada más umami es el mapa de la lengua sino que también es el lugar de los acontecimientos, donde las palabras y el lenguaje adquieren vida. Como bien nos lo cuenta Alfonso desde todo inició a raíz del terremoto del 85, una fecha que nos marcó a todos los chilangos porque había que reinventarse y reconstruir a partir de tantas muertes y perdidas.