Leche, carne , cerveza, cumbia y futbol no son literatura.

EL KARMA DE VIVIR EN EL NORTE de Carlos Velázquez editado por, nada menos que, Sexto Piso dice en su contraportada “el destroyer de la literatura” . No concuerdo para nada pues para ser el destroyer tiene que existir antes la literatura y el relato de Carlos Velázquez es una crónica coja e incompleta de la vida en Torreón; ciudad que ha sido tomada por los narcos y que, dado su índice de violencia pasa a ser Narcozona.  La quiso hacer novela poniéndose a sí mismo como héroe o antihéroe, lo que quieras… y mezclando la ficción con su autobiografía quiere ventilar su preocupación por el porvenir de su hija de 5 años y quizás de su adorada Torreón.

Pero no quiero ser injusta y precipitada, debo aceptar que lo que me llevó hasta el final fue su hilo conductor. Todos los capítulos llevan a una misma pregunta ¿Porqué somos los mexicanos tan violentos y sanguinarios? o más bien,  ¿Porqué hemos permitido que la violencia se infiltre hasta el ámbito de la vida privada de cada uno? o con sus palabras ¿Porqué nos encantan los chingadazos?

Analicemos:

El autor, siempre con sus gafas oscuras.

Su obra:

Cuyos títulos son muy originales pero rayan en tomarse a chunga todo.

  1. La biblia vaquera
  2. La marrana negra de la literatura rosa
  3. Pichas, cachas, o dejas postear; antimanual de las redes sociales
  4. El Libro de los animales misteriosos.

 Como varios de los comentarios en las redes sociales yo dije tras leer unas 20 paginas – esto se pone bueno- pero no llega a cuajar la historia y menos la narrativa. Eso sí el lenguaje es sin tapujos, a calzón quitado.

¡Me choca! no cuidó nada al contar tan mal.

¿Porqué si tiene un lexicón tan amplio? Nos embarra de imágenes brutales, sangrientas y asquerosas. Sin darnos un respiro , sin resolver nada , sin contrastar. Se vuelve grotesco y cuasi-cómico.

Lo cito en su página 91 donde creí que aún valía la pena:

“sentado en el cordón de la banqueta , pedísimo, me puse a observar a la gente… recapitulé: leche , carne, cerveza, cumbia y futbol. Los cinco jinetes del apocalipsis. Los lácteos que nos otorgan fama pero que para producirlos aniquilamos nuestro medio ambiente. la carne que nos recuerda nuestro gusto por la sangre; la cerveza que nos pone locos, la cumbia el sonido que nos acompaña y el fervor futbolero. Somos eso sin duda pero no la suma de eso. Somos algo mucho más complejo. Que quizá no consiga averiguar.”

Y pues no averiguó nada, redundó y nos quiso decir que los zetas no son los deltas. Que en las calles de Torreón las balaceras son una cuestión cotidiana, que para sobrevivir esa ciudad hay que estar pedos o crudos. Que seguimos en el “eterno retorno” de la violencia y la impunidad.

Y para acabar nos deja con los Broncos y su rola de ¿Adónde van los muertos? pero yo se las pongo con Carla Morrison que va más con el tono del libro